En realidad, no sé cuánto. Nunca lo aprendí.
Pero desde la media noche supe que, de un pez, podemos contemplar una sola vida.
Una sola oportunidad, es que si se deja pasar mucho tiempo pareciese que esa primera y única oportunidad dda paso a una segunda.
Pero, ¿Si nada se ha hecho? ¿Si la voluntad que hay para hacerlo no es lo suficiente? ¿Ni el cariño? ¿Ni la calentía?
Este comienzo de domingo, desde las 00:01, soy parte de una reflexión que no termina. Anoche fui a ver una película y me pasó algo extraño, intentando liberar mis emociones (siempre se me arranca alguna lágrima viendo películas, una vez me ocurrió mientras sonaba la música de los créditos que era muy emotiva -Ángel enamorado)
Pero anoche fue distinto, camino del cine a casa, no se detuvieron ni hicieron pausa para ver bien los semáforos... Ya en casa todo es tranquilo.
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