Hace varios días que vengo pensando que nunca me he detenido a mirar la paciencia con otros ojos, más aún, mirarla a los ojos.
Me di cuenta que la paciencia tiene diversos rostros con diversas miradas. Quiero detallar algunas, sabiendo que no están todas las que he pensadao y visto, ni tampoco los rostros que tu has visto o reconocido. Sobre todo, algunos rostros que no recuerdo.
Me di cuenta que la paciencia tiene diversos rostros con diversas miradas. Quiero detallar algunas, sabiendo que no están todas las que he pensadao y visto, ni tampoco los rostros que tu has visto o reconocido. Sobre todo, algunos rostros que no recuerdo.
La paciencia tiene rostro de una abuelita que pide limosna medio dormida y sostiene su tacita donde el resonido de las monedas al caer la despiertan.
La paciencia tiene rostro de madre que camina a penas con más de 8 meses de embarazo.
La paciencia tiene rostro de niño ciego que espera avanzar entre la gente que se apura en el verde de un semáforo.
La paciencia tiene rostro de carabinero que hace guardia en una salida de metro donde nunca pasa algo.
La paciencia tiene rostro de persona que, subida al metro y mirándose en el vidrio entre estaciones, sabe que llegará pronta a su destino.
La paciencia tiene rostro de madre que camina a penas con más de 8 meses de embarazo.
La paciencia tiene rostro de niño ciego que espera avanzar entre la gente que se apura en el verde de un semáforo.
La paciencia tiene rostro de carabinero que hace guardia en una salida de metro donde nunca pasa algo.
La paciencia tiene rostro de persona que, subida al metro y mirándose en el vidrio entre estaciones, sabe que llegará pronta a su destino.
La paciencia tiene rostro de profesora que espera que sus estudiantes rindan bien la prueba para la que los preparó todo el año.
La paciencia tiene rostro de abuelita que hace dormir a su nieto en sus brazos.
La paciencia tiene rostro de un amigo salundando de un abrazo al que llegó tarde.
La paciencia tiene rostro de un niño que pasa mesa a mesa pidiendo dinero.
La paciencia tiene rostro de un caballero que pesa frutas en un súpermercado.
La paciencia tiene rostro de abuelita que hace dormir a su nieto en sus brazos.
La paciencia tiene rostro de un amigo salundando de un abrazo al que llegó tarde.
La paciencia tiene rostro de un niño que pasa mesa a mesa pidiendo dinero.
La paciencia tiene rostro de un caballero que pesa frutas en un súpermercado.
La paciencia a veces está mi rostro, a veces la veo en la persona que va junto a mí, cuando siento que me falta sólo cierro los ojos y miro estos rostros, y lo único que sé es que es una virtud muy presente en todas las personas que quiero.
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