febrero 25, 2010

Un ángel extraviado

Hoy fue un día bastante otoñal, playero para mi gusto, de colores predominantemente grises, un día perfecto para que se perdiera un angel.

Pensé en pegar letreros para buscarlo pero me encontré varios que ya ocupaban árboles y postes cercanos donde vivo ahora: un conejo.

Seguí caminando y pensaba qué hacer para encontrarlo, fue eso cuando sentí que me calló una gota y a contraluz vi otras tantas que caian de las nubes que se dispersaban dejando entrar al sol. Es que me animan los días así, a pesar que las lágrimas se me arranquen desordenadas y sin aviso.

Bajo este tibio sol, aunque las noticias de un angel extraviado, apena a bellos madre y padre de hinchados corazones en esta espera que se detiene a los cinco meses y también a quienes los queremos desde la sangre que nos une. Es que la vida es un misterio, que se respeta, que inquieta, que remueve.

En este instante me anuda la gargata pensar en mi hermano destrozado y su señora esposa, y a mi me reencanta la postura de vida que asume entre esta pena de padres.


Vuelvo a pensar en lo que Gandhi pensaba para sí, lo pienso para ese sobrino o sobrina que se extravió entre los angelitos... vivo con la esperanza de que, si no en esta vida, ese angelito extraviado, en alguna otra podrá abrazar con amor a toda la humanidad.
MOHANDAS K. GANDHI

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