febrero 28, 2010

Mi segundo terremoto en una semana (y en mi vida en la Tierra)




El lunes 22 decidí viajar a Viña antes de comenzar a trabajar. Mi lectura de bolsillo: Fuguet, con "Las películas de mi vida" que trata de un sismólogo, Beltrán, que relata su historia en capítulos relacionados con una película cada uno vistos durante su vida. El último capítulo que leí concentrado y con conciencia era de la película "La noche que la Tierra explotó"...

El personaje del libro relacionó esa película con el día en que sintió su segundo terremoto, Beltrán tenía ahí 7 años, despierta a su mamá cuando percibe a los perros antes de las 6 am y le dice: "Va empezar un terremoto y será fuerte"... Luego el futuro sismólogo piensa "Y empezó lo que yo ansiaba gozar con todas mis ganas y que mi madre no quería sentir en su vida... He vivido sólo dos terremotos en mi vida, dos terremotos de verdad y les puedo asegurar que nada, nada se compara con esa maravilla de la naturaleza"

Odié ese momento de lectura... lo que sigue lo leí sin ganas y así pasaron varios capítulos que no pesqué. Estaba en un restoran en Viña....

Este viernes(26-02), luego de ir a un cumpleaños en la azotea sobre un noveno piso, con la mejor vista de santiago, decidí a medianoche ir donde unos amigos. Ya era sábado 27-02. Comimos, jugamos y cuando me decidía si ir o quedarme, fue rotundo el "me quedo". Me armaron un colchón con sábanas y plumón en el living y decidimos jugar un rato cartas. Luego de tres días levantándome temprano, me ganaba el sueño entre las jugadas. Ellos se reían.

Fue en eso cuando comenzó el que sería el movimiento telúrico más terrible de Chile, mi segundo terremoto de la vida y el segundo de esta horrible semana.

Salimos con mis amigos, llevamos a una amiga boliviana que dormía, en shock. Su pequeña hija calmaba a mi amigo que la llevó en brazos, puesto que lo veía asustado pero ella no entendía lo que sucedía. "Tranquilo Rei" decía. Sobre donde dormían cayó un pesado librero.

Ayudamos a bajar a las personas que habitaban en los edificios contiguos de seis pisos, alumbrando escalas y ayudando a los mayores. Nos reunimos en el centro del estacionamiento y comenzó a moverse la gente que llegaba de otros lados a ver sus departamentos, otros a ver sus familias, otros desde otros lugares.

No se lo deseo a nadie, no saber de tu familia en momentos así y no tener cómo decirles "estoy bien". Pero menos le deseo lo que sucede a las personas en el sur, entre terremotos y maremotos, como lo relató por teléfono un joven que está allá: "Imaginate lo peor de un película del fin del mundo, así, así es lo que se siente pero 10 veces peor!"

De los peores terremotos de la vida, siempre nos podemos levantar.
Fuerza Chile!





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