Hoy la veo de frente y no sé a quien decirle que la mire para estar conectados con su mirada.
Como que no se entiende la importancia que le doy y hoy pereciera no importar.
Ni el sol ni el cielo nublado ni el celeste ni los anaranjados y purpureados atardeceres.
Pero si quieres compartir uno feliz, de seguro tendré la cabeza mirándolo desde antes que me lo pidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario